En los últimos años el azúcar y todas sus variantes han “saltado a la fama” Pero, ¿Por qué?
En el año 2015 la Organización Mundial de la Salud (OMS) pone la alarma sobre la ingesta elevada de azúcares que realizamos, para ello emite una directriz con recomendaciones de consumo tanto en adultos como en niños. En ella indica una “ingesta reducida de los azúcares libres a lo largo de toda la vida” Además de una reducción de dichos azúcares a menos del 10% de la ingesta calórica total, tanto en niños como en adultos.
Para esto es importante tener en cuenta qué son los azúcares libres, que la propia OMS define como “monosacáridos y los disacáridos añadidos a los alimentos por los fabricantes, los cocineros o los consumidores, así como los azúcares presentes de forma natural en la miel, los jarabes, los jugos de fruta y los concentrados de jugo de fruta”. Aclarando a continuación “Los azúcares libres se diferencian de los azúcares intrínsecos que se encuentran en las frutas y las verduras enteras frescas”.
Partiendo de lo que se consideran azúcares libres, en las etiquetas de los productos es importante qué aprendamos a distinguir como denominan los azúcares libres o añadidos.
Algunos de los ejemplos que más conocemos son dextrosa, sacarosa, fructosa, galactosa, jarabe de fructosa, jarabe de glucosa; pero hay otros productos que siguen siendo azúcar aunque no nos llamen tanto la atención, como el jarabe de malta, jarabe de maíz, jarabe refinado…
Tampoco podemos olvidarnos de los “sustitutos” que creemos más saludables, como la miel (85-100%), el sirope de arce y sirope de agave (70 – 90%) o la panela (85-95%), que contienen azúcar en distintos porcentajes. Además, el azúcar moreno igualmente está constituido en un 85 a 95% por azúcar.
Por lo tanto, lo más recomendable es no añadir azúcar a los productos, reeducar al paladar para que no necesitemos sabores tan dulces, y a la hora de comprar productos fijarnos siempre en la etiqueta, intentando que no contenga ninguno de los compuestos mencionados.
1. OMS. Directriz: Ingesta de azucares para adultos y niños. Ginebra: Organización
Mundial de la Salud; 2015.